domingo, 28 de septiembre de 2008

Política eduKativa


Por Camila Matrero



La educación está en crisis, el presupuesto no alcanza y desde el Gobierno parecen empeñarse en reducir la cuestión a un mero reclamo minoritario. Los sectores más poderosos económicamente reciben subsidios por cada percance de mal agüero que tienen, mientras los hijos del pueblo padecen las consecuencias de un sistema educativo en decadencia. Los edificios se caen, a los docentes no se les paga, los planes de estudio responden a las necesidades del mercado, en lugar de adecuarse a las del país. ¿Cómo vamos a ser un país en serio? si las escuelas y universidades son vaciadas de estudiantes.


Indudablemente la Argentina se encuentra envuelta en un gravísimo proceso de movilidad social y educativa descendiente. Aquellos que no han tenido padres profesionales difícilmente puedan llegar a serlo. Incluso a la clase media, el Estado le cortó el lazo que tan bien los unió décadas atrás.

Por su parte, el movimiento estudiantil y docente le está haciendo frente a la situación de una manera excepcional. La CONADU Histórica y SUTEBA no dan el brazo a torcer en su reclamo salarial. Los secundarios se pusieron firmes, ante el recorte de becas del Jefe de Gobierno Mauricio Macri, quien no tiene reparo en dejar desamparados a 30 mil alumnos de la enseñanza pública, pero no duda en ampliar el subsidio de la educación privada, que esboza los 100 millones de pesos. Desde las universidades denunciaron el ahogo presupuestario organizando asambleas y movilizaciones por facultad. La respuesta de la Facultad de Ciencias Sociales fue, quizás, la más contundente; tomó por dos semanas su casa de estudios, en pos de conseguir un edificio que aglutine a todas las carreras (hoy divididas en tres sedes).


El viernes todos los sectores unieron sus reclamos en una marcha Nacional Educativa, la cual trató de evidenciar la problemática. Estaban presentes: estudiantes, docentes, los trabajadores en huelga de FATE –incluso- fueron a brindar su apoyo. Lamentablemente ni una sola cacerola salió de los balcones, parece que el debacle educativo no les compete, no al menos tanto como el aumento de las retenciones.


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