sábado, 25 de octubre de 2008

Por fin se ve arte en la oscuridad

por Daniela Casaretto
El Centro Argentino de Teatro Ciego se inauguró en julio de este año con la iniciativa de crear un espacio de arte solidario en la Ciudad de Buenos Aires. Especialmente pensado para personas no videntes, en el centro se desarrollan talleres y espectáculos en absoluta oscuridad, de los que puede participar toda la comunidad. Ubicado en Zelaya 3006, en el barrio de Abasto, sus puertas están abiertas todos los días.


El centro está gestionado con el objetivo de fomentar la inclusión social sobre un principio de igualdad. Lo integran cuatro cooperativas dispuestas a escuchar todos aquellos proyectos viables para sumarse a la propuesta naciente.

Cocina, delivery, masajes ciegos, escultura y pintura ciega son algunas de las ideas que andan flotando en las cabezas de los organizadores y que pronto esperan ponerse en marcha. Los martes por la tarde, ya están funcionando talleres de tango y de teatro, donde se trabaja la improvisación y la expresividad a ciegas. De jueves a domingo, se disfrutan las inquietantes experiencias teatrales realizadas con técnicas ingeniosas.

Los lunes y miércoles la sala está a disposición de quien desee alquilarla. Parte de lo recaudado se invierte para sacar adelante este novedoso emprendimiento social. Los talleres son arancelados con un 50% de descuento para invidentes, pero se espera recibirlos gratuitamente una vez que empiecen a financiarse con la ayuda de fondos públicos.

“Se trata de un centro generador de proyectos”, lo define Lilo, mientras atiende al público deseoso de adquirir sus entradas para vivir la oscuridad del teatro ciego.

De jueves a sábado se presenta La isla desierta, adaptación de una obra de Roberto Arlt interpretada ya más de 1000 veces por el premiado grupo Ojcuro. Los domingos, A ciegas con luz, también en total oscuridad, se propone estimular todos los sentidos no visuales, incluido el gusto. Algo digno de probarse. Un espacio en el que “los ciegos dejan de ser ciegos”, afirma Gerardo Bentatti, fundador del centro junto con su primo Martín Bondone. Un lugar donde todos somos liberadoramente iguales.



Luz a oscuras

Centro Argentino de Teatro Ciego

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